martes, 5 de abril de 2011

Ese mal necesario

Los hombres, y sí voy a tener que meter a todos en la misma bolsa. Mis disculpas a aquellos verdaderos hombres con sensibilidad, esos con los que pocas veces me he cruzado y también con los que todavía no me encontrado. Esos que sí saben cómo tratar a una mujer, que también saben entender lo que necesitamos. y que se dan cuenta lo tan complicada que es a veces la vida de una mujer. Detrás de nuestra figura tenemos un corazón, integridad, humanidad. Sentimos intensamente las cosas, somos muy sensibles. (Vieron? Yo también me meto en la bolsa.) Lloramos, nos ponemos mal por cualquier cosa, desde que se me enfrió un poco el te hasta porque tengo este lunar en el dedo derecho del pie (quiza siempre lo tuve y nunca me di cuenta) cualquier cosa puede provocar un buaaaa! Nos emocionamos, nos conectamos con la naturaleza. Pensar que a través de nosotras damos vida al mundo. Podemos llevar otra vida dentro de un cuerpo. No es increíble? Necesitamos amor, necesitamos que nos digan -te quiero- infinitas veces al día, nunca nos vamos a cansar de oir esas palabras. Nos gusta vernos lindas, con un lindo vestido y tacos, o hasta con la peor cara de dormida del primer despertar. Necesitamos contención. Que nos digan que todo sigue, que todo va a pasar. Que ese chico con el que estabas no era lo que necesitabas y que vas a encontrar algo mejor. Somos detallistas y eso nos hace mas complejas y a la vez nos hace mas difíciles de entender. Y está la cosa no, porque está el que quiere entendernos, aceptarnos y seguir con nosotras, y el que no quiere escuchar, pero igual quiere estar. Llevamos el bien en nuestras raices, la sociedades matriarcales funcionaron mucho mejor que esta sociedad patriarcal que trata de avazallarnos con su dominación, el poder, los intereses ''fisicos'' y no me refiero a un cuerpo, me refiero a la competencia por el que más países conquista, por el que tiene mas petróleo. La mujer en cambio da calma, serenidad, busca cosas mas profundas, lucha por ideales. Bueno y quizá compite con otra mujer, pero quizá por la que tiene el mejor par de zapatos puestos. (Que eso está a un poroto de una guerra entre países...¿no?) Me pongo a escribir y ya empiezo a lagrimear. Tere, Tere, Tere! Me da mucha lástima como se van perdiendo esos valores de la mujer. Aquella que se dejó llevar por el machismo impuesto hace varias centuries. Admiro a aquellas que pudieron seguir adelante y hacerse valer, romper con el esquema. Esas que luchan cada día por mantener una casa, hijos, una carrera, un sueño. Aquellas que dejan a sus maridos para hacer una nueva vida, me refiero a las que el marido las golpeaba y las trataba mal. Aquellas mujeres que nadie ve pero están. Que tratan de hacer cada día un mundo mejor. Y por otro lado están los hombres que no son machistas, que nos dicen esas tiernas palabras, los simples, que complementan nuestra complejidad. Que buscan un equilibrio, y que saben que este mundo se funciona bien de par a par, ni machismo ni feminismo, un punto de encuentro donde todo avanza. Los que te levantan el saco que se te cayó cuando estabas caminando por el andén. (en realidad fue una carpetita con unas hojas) Eso me pasó hoy a la mañana, y encima me sonrío. Me enamoré de ese hombre en ese flash. Los que quizá se esconden, hay que tener huevos para mostrarse así entre tanta moda machista. Y sigo con el machismo! Los que saben mirar, los que buscan mas allá. Los que me inspiran, los que me sacan sonrisas, los que te piropean en la calle y te hacen sentir única, te hacen recordar la mujer que llevás por dentro. Y nosotras también buscamos el complemento. Buscamos mostrarles un poco como es nuestro mundo. Enseñarles como ver a ese mundo. Hacerlos sentir parte, que puedan conectarse con la tierra, con lo natural. Buscamos en ustedes ese quiebre de aquellas estructuras con las que cargamos a diario. Buscamos en ustedes esa contención, buscamos esa sonrisa cotidiana, ese fluir, esas cosas que nos pasan cuando estamos enamorados. Cegados en un mundo donde todo parece tan perfecto. Donde nos sentimos adolescentes, desconocidos de esta vida, alejados de la pura realidad. Y mientras escucho a Antonio Birabent, me detengo en un tema particular que se llama Oasis que además me pareció muy lindo. Un piano de fondo, un violín y la voz que narra lo que el quiere decir. Es hermoso el tema. Y así es un poco como ve el mundo Tere, me encantaría que puedan apreciarlo de la misma manera que a mi me gusta hacerlo...

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