viernes, 19 de agosto de 2011

No juzges sin conocer

Me pasó lo siguiente el otro día en el 60:

Serían las nueve de la noche, estaba sentada en el asiento que da a la ventana, el otro, el que da al pasillo, estaba desocupado. Viajaba para capital con una torta en mis manos. (Como agradecí por haber encontrado un asiento libre cuando me subí al bondi, ya me imaginaba viajando parada con la torta, haciéndoles caritas a los pasajeros sentados para que me cedieran el lugar) Me enchufo el mp3 y pienso en nada.
En Unicenter, como de costumbre, frena y se suben varias personas, entre ellas una persona de unos treintilargos años, rubia, mirada cálida y menuda, con muchas bolsas de compras. Se sienta al lado mío, y sigo pensando en lo que estaba escuchando, en que estaba llegando tarde a la reunión de amigos, en que ojalá el bondi pare poco y llegue rápido a mi destino. En el recorrido codeo a esta chica varias veces sin querer. Con la torta y el movimiento del bondi a veces es inevitable, le pido disculpas. Me dice algo como "no te hagas drama, si yo llevara, me imagino que es una torta lo que llevás ahí, trataría de cuidar que no se me caiga y me sería inevitable no codear a la persona de al lado" Simpática la actitud. No pensé que algo tan tonto iba a desembocar en una "charla de bondi".

Nos ponemos a hablar. A todo esto, bajo el volumen del mp3, como para que quedara música de fondo. Me cuenta a qué se dedica, me comenta porqué prefiere ir a Unicenter antes que ir al resto de los Shoppings.. Me cuenta que estuvo laburando un tiempo en el Alto Palermo, después en la zona de Retiro, y ahora labura cerca de su departamento, nuevamente en Palermo. Que le gusta venir cada tanto a Martínez a aprovechar un poco de su tiempo libre.
Una chica con mucha cancha, muchas experiencias vividas, adaptada a las reglas de este mundo, contenta y segura. Una mina con todas las letras.
Su vida, ahora la mía. Le comento un poco a lo que me dedico, mis sueños, a ese trabajo que tanto odié en Unicenter, de las dudas sobre mi vocación, mis inseguridades, las pocas ganas que tengo de reincorporarme al mundo laboral.
Su respuesta, sus consejos. Si hubiese sido una licenciada en Recursos Humanos, que estaba buscando aspirantes a un puesto, por todo que le estaba contando no me hubiese contratado. Era el ejemplo de las cosas que no tenía que decir en una entrevista. En cambio si hubiese evaluado sólo mi simpatía y mis habilidades no dudo que no me hubiese contratado. Me sigue diciendo las cosas que ahora están preguntando en las entrevistas, la importancia de tener un hobbie, la necesidad de tener un trabajo. "Mas allá de estar en contra del capitalismo, tener un laburo es importante" me dice.
También me cuenta que va a visitar a su abuela que está enferma. Me recomienda donde bajarme para hacer combinación con el otro bondi que tengo que tomarme después. Un amor.
Despedida. Me dice su nombre, nos saludamos.

Una mina amorosa, abierta, dispuesta a ayudar a resolver mis inquietudes. Y eso que yo era una extraña para ella, me hablaba como ''uuuh yo pasé por esto, te recomiendo que hagas esto, eso y lo otro''.

Pensar que cuando vi a esta chica nunca pensé que llevara adentro tantas buenas cosas para compartir y me di cuenta que la apariencia es nada mas que eso, si hubiese seguido con esa postura, me hubiese perdido el gusto de haber conocido a una persona que me dio mucho sin pedir nada a cambio.

Algo de mí hizo click. Y empecé a caer en la cuenta de que está llegando el momento de volver a las pistas laborales.

1 comentario:

  1. Bueno, a veces es raro dónde y cómo conocemos a las personas, pero nos pone feliz cuando de repente nos cae bien y conocemos a alguien de casualidad que nos acompaña y nos hace bien por un rato.
    Y ahora que te tiró, de qué te gustaría trabajar?

    ResponderEliminar